Holanda, una monarquía progresista.
Los Países Bajos forman una monarquía constitucional donde el monarca tiene la jefatura del estado y sus políticas liberales han llamado la atención mundial particularmente por el hecho de permitir el consumo de drogas, la prostitución y la eutanasia. El país se describe como un estado de consolidación político-social, llegando incluso a proyectarse como un «estado del momento actual» de los países del mundo. La política de su gobierno se caracteriza por querer alcanzar un amplio consenso en decisiones importantes, dentro de la comunidad política y de la sociedad en su totalidad, donde la opinión de todos los ciudadanos se vea reflejada y tenida en cuenta a la hora de llevar a cabo iniciativas y nuevos proyectos.
El Estado es uno de los pioneros en el mundo a la hora de realizar cambios en la política y en la sociedad que marcan y diferencian el país respecto otros. Es el caso de permitir con ello la entrada de nuevas maneras de convivencia social tales como el matrimonio entre personas del mismo sexo, la prostitución controlada y segura, la clonación, la eutanasia y el uso de drogas permitidas exclusivamente en cafés y locales adaptados y que tienen una licencia aprobada.
Dentro de su conformación política, la Reina desempeña el poder ejecutivo que consiste en dictar y hacer cumplir las leyes que suele aprobar el gobierno o el propio jefe del Estado, además, ratifica la libre elección del Primer Ministro a través de los habitantes locales. El poder legislativo que consiste en la aprobación de normas con rango de ley está representado por lo que hasta hoy día se denominan los Estados Generales, dicho de otra forma, el Parlamento, las cuales consisten en dos cámaras de representación legislativa, equivalentes a las Cortes Generales en España. El poder judicial el cual lleva a cabo la aplicación de las normas jurídicas en la resolución de conflictos, es representado por las Asambleas Provisionales, las cuales también son elegidas por sufragio directo.
Beatríz casada con el príncipe Claus, un príncipe alemán. A pesar de que inicialmente fue una figura controvertida (que sirvió brevemente en el ejército nazi) en el tiempo que llegó a ser uno de los miembros de la realeza más querido de la nación, y ganó muchos corazones con sus payasadas sin preocupaciones. Su muerte en 2002 fue muy lamentada.
Beatriz y Claus tuvieron varios hijos quienes, forman una gran familia real holandesa. Su hijo mayor, Guillermo-Alejandro, se convirtió en el primer rey de los Países Bajos desde hace más de un siglo en 2013, tras la abdicación de Beatriz.
Muchos holandeses son monárquicos entusiastas, especialmente la generación más vieja y la comunidad gay. La familia real se trata como un importante símbolo de la nación holandesa y la mayoría de museos sobre la historia de Holanda o el nacionalismo a menudo les dedican una sección. Dicho esto, hay republicanos en Holanda, principalmente jóvenes y académicos. La ironía de tener una familia real en una nación que se precia de su progresismo liberal no pasa desapercibido.