Julio Cesar en sus comentarios referentes a la Guerra de las Galias en el año 57 A.C., describe a las tribus celtas del sur como una civilización bastante avanzada.
La influencia de los romanos los cuales fundaron las provincias de Bélgica y Germania Inferior, fue decisiva. La frontera se estableció en el Rhin, consolidada con una serie de fortificaciones a través de las cuales se llevaban a cabo las relaciones comerciales.
Los nativos habían iniciado la construcción de barreras protectoras contra las inundaciones y los romanos contribuyeron al desarrollo de canales para su control. A partir del siglo III D.C se produjo la entrada de las tribus germánicas desde el norte. Formalmente el fin del dominio romano ocurre en el año 406 D.C., con la rendición de los fuertes en la frontera del Rhin.
Los frisones vivían de la pesca y de la ganadería criada por ellos mismos, mientras tanto en el sur se practicaba la agricultura en zonas pobladas. A mediados del siglo III, la invasión de la tierra por parte del mar trastocó completamente la base económica de la región.
El fortalecimiento de las tribus germánicas obligó a Roma a cederles la custodia de las fronteras del imperio. La separación del idioma romance y el germánico coincidió con el límite del Imperio Romano, el cual dividió a los Países Bajos por la mitad.
La cristianización de los Países Bajos empezó antes del advenimiento de los francos. Fue rápida en los territorios del Sur y los ríos, hasta Utrecht, siendo mas lenta y problemática en la zona de los frisones.
Durante más de dos siglo continuaron las tensiones entre los frisios del norte y los francos del sur, mientras prosperaban los centros comerciales a través de las rutas que conducían al Báltico y a Rusia.
Con la decadencia de la dinastía merovingia, empezó a cobrar importancia en el Reino Franco la figura del Mayordomo Real elegido entre la familia Carolingia, hasta oscurecer la figura del rey. Fue uno de ellos, Carlos Martel el que anexionó definitivamente Frisia al Reino Franco en el año 734.
El hijo de Carlos Martel, Pipino III se proclamó Rey de los Francos iniciando la dinastía carolingia. Años más tarde, Carlomagno sucedió a su padre Pipino III, llevando al reino hasta su máxima extensión, mediante sucesivas batallas, desde Dinamarca hasta el Norte de Italia y desde la actual Cataluña hasta el Elba. En el año 800, fue coronado Emperador por el Papa en Roma.
Durante el imperio carolingio el territorio estaba dividido en condados, administrados por los condes en representación del Emperador y era necesario delegar la administración local. A medida que los reyes se hicieron más débiles y creció el poder local de los administradores locales, se fue estableciendo el sistema feudal en todos los territorios del imperio.
La unificación de territorios bajo una misma autoridad permitió un aumento de las actividades comerciales y una mayor seguridad. Sin embargo, a partir del siglo IX, los centros comerciales empezaron a sufrir las incursiones de los normandos.
Carlomagno fue sucedido por Luís el Piadoso. En el tratado de Verdun el Imperio se dividió entre sus tres hijos. El Imperio Occidental (lo que es hoy Francia) correspondió a Carlos el Calvo, el Imperio Oriental (lo que es hoy Alemania) a Ludovico el Germánico y los Países Bajos quedaron bajo el reinado de Lotario. La disputa de los territorios centrales ha dado lugar a disputas entre Francia y Alemania hasta el Siglo XX.